viernes, 13 de noviembre de 2009


LA JUSTICIA PORTEÑA ORDENÓ AL REGISTRO CIVIL QUE LOS CASE.
MACRI NO APELARÁ Y EL LUNES PEDIRÁN TURNO PARA LA BODA
Alex y José, el primer matrimonio gay argentino

La jueza Gabriela Seijas declaró la inconstitucionalida d de los artículos 172 y 188 del Código Civil y ordenó al Registro Civil que celebre el matrimonio de Alex Freyre y José María Di Bello, una pareja de activistas de la Federación Argentina LGBT.

POR BRUNO BIMBI
Quizás el nombre de Gabriela Seijas aún no signifique nada para los lectores, pero en algunas décadas estará en los libros de historia. Luego del boicot kirchnerista al plenario de comisiones de diputados que debían tratar el matrimonio gay, esta magistrada porteña, titular del Juzgado de Instrucción Nº15 en lo Contencioso Administrativo de la Ciudad de Buenos Aires, declaró la inconstitucionalida d de los artículos 172 y 188 del Código Civil y ordenó al Registro Civil que celebre el matrimonio de Alex Freyre y José María Di Bello. La pareja había ido a tribunales en abril, luego que el Registro Civil les negara turno para casarse. “Vamos a llegar hasta las últimas instancias para que se cumpla con la Constitución”, había dicho Freyre a Crítica de la Argentina en aquella oportunidad.

La decisión de la jueza Seijas creó una situación política inédita. La Ciudad tiene cinco días para acatar o apelar el fallo y fuentes de primera línea del gobierno porteño aseguraron a este diario que la decisión del jefe de Gobierno es no apelarlo. Hoy mismo, Mauricio Macri anunciará por Facebook su apoyo al matrimonio gay.

La sentencia cita el artículo 16 de la Constitución Nacional, que establece el principio de igualdad ante la ley, y responde al argumento del Registro Civil, que había sostenido que “el principio de igualdad no requiere tratar a todos de igual manera, sino sólo a los iguales”. La jueza recuerda que ese criterio fue usado en un fallo de 1929 para justificar la prohibición del voto femenino, argumentando que había diferencias “naturales” entre hombres y mujeres. “El derecho a la igualdad supone previamente el derecho a ser quien se es”, agrega.

Uno de los aspectos centrales del fallo es la incorporación de la “doctrina de la categoría sospechosa”, aceptada por la Corte Suprema, que establece que cuando una norma excluye del goce de un derecho o del acceso a un beneficio a una categoría entera de personas —en este caso, gays y lesbianas— se sospecha su inconstitucionalida d y el Estado debe probar bajo estrictos estándares que el empleo de tal clasificación es imprescindible para el cumplimiento de un fin legítimo que no puede alcanzarse por otro medio. La jueza indica que el Registro no pudo probar que la exclusión de los homosexuales en el acceso al matrimonio pasara el examen de constitucionalidad y lo compara con otros antecedentes: la legislación nazi que impedía el matrimonio “entre judíos y súbditos de sangre alemana o asimilables” y la legislación norteamericana que, hasta el fallo “Loving v. Virginia”, en 1967, prohibía los matrimonios interraciales. Seijas cita parte de una sentencia judicial de 1966 que había avalado esa prohibición argumentando que “Dios Todopoderoso creó las razas blanca, negra, amarilla, malaya y roja, y las colocó en continentes separados. El hecho de que Él separase las razas demuestra que Él no tenía la intención de que las razas se mezclasen”.

A continuación, la jueza repasa la historia del matrimonio en la Argentina, detallando las reformas que, desde el siglo XIX, fueron incorporando sectores antes excluidos, igualando a la mujer con relación al varón o derogando normas otrora incuestionables, como la indisolubilidad del vínculo, y recuerda que en cada caso, los argumentos contrarios sostenían que había una ley natural que lo impedía. Rechaza también los discursos religiosos contra el matrimonio gay sosteniendo que “no hay duda de que los sentimientos religiosos de algunos no pueden ser una guía para delimitar los derechos constitucionales de otros. Los poderes del Estado no pueden ser llamados a interpretar textos religiosos o a tomar partido en la valoración que ellos hagan de la homosexualidad” .

Por último, el fallo analiza las distintas formas de discriminació n, estigmatizació n y violencia que sufren los y las homosexuales y repasa la evolución histórica del reconocimiento de sus derechos, incluyendo referencias a los países y estados que ya han legalizado el matrimonio gay. Llegado ese punto, hace una fuerte distinción entre la igualdad plena que significa el matrimonio y la alternativa de la “unión civil”, afirmando que los regímenes separados son “una forma de camuflar el repudio hacia grupos excluidos” y que negar el acceso al matrimonio “sugiere que el compromiso y los sentimientos de los actores es inferior y no es merecedor de los derechos que el marco normativo garantiza a todos por igual”.

“Estaba llegando a casa cuando me sonó el celular. Alex me preguntó si estaba sentado y me dijo que ponga sonrisa de hombre casado. Cuando lo escuché, entendí todo y me puse a llorar”, cuenta José María. A su lado, Alex dice que la justicia, con este fallo, “le está marcando una agenda al Congreso, porque esto va más allá de nuestro caso. Hay que cambiar la ley para que todas las parejas se puedan casar”.

—¿Qué opinás de la decisión de los diputados kirchneristas de no asistir a la reunión de las comisiones del martes e impedir el dictamen en la ley de matrimonio gay?— preguntó este diario.
—Esa decisión está contaminada por la visita de Cristina al Vaticano. La Presidenta cambió nuestros derechos por una foto con el Papa. Pero yo espero que la semana que viene recapaciten, aún hay tiempo. ¡Que sean peronistas, si fue Perón el que separó a la iglesia del Estado! Nosotros sabemos que hay muchos diputados oficialistas que están de acuerdo y eso hace que su cobardía sea doblemente vergonzosa. Que vayan a la reunión y digan lo que piensan o no podrán mirarnos más a la cara.

—Según la información con la que cuenta este diario, Macri podría no apelar el fallo. ¿Qué te parece?
—Espero que sea así. Dentro de unos años, esta discusión nos va a parecer ridícula, como cuando hoy pensamos que en una época estuvieron prohibidos los matrimonios interraciales. Espero que la Argentina esté entre los primeros países que conquistan la igualdad y no entre los últimos, porque esto va a llegar en todo el mundo.